El riesgo de infecciones del oído, sobre todo entre los más pequeños, se puede reducir poniendo en práctica una serie de sencillas recomendaciones:
- Lleva al día su calendario de vacunaciones. Tenerlo actualizado y ser consciente de cuándo debe recibir cada vacuna ayudará a evitar infecciones causadas por bacterias, que son las que con mayor frecuencia pueden provocar posteriormente una otitis media. Tu medico valorará si tu hijo puede beneficiarse de vacunas especificas frente al neumococo, gripe, etc.
- Infecciones controladas. Si el niño padece una infección respiratoria, debes vigilar muy bien su evolución para que no derive en otras afecciones, como la otitis media. Así, debe beber abundantes líquidos durante este proceso, porque hidratarse de manera suficiente es una de las maneras de ayudar a nuestro organismo a reponerse rápidamente.
- Fomenta la lactancia materna. Cuanto más tiempo tome el niño la leche materna, mejor. Es la forma óptima de transmitir al bebé nuestras defensas, y así tendrá menos episodios infecciosos.
- Manos y juguetes limpios. Con el paso del tiempo, los gérmenes se van acumulando en los juguetes, por eso es importante lavarlos a menudo, así como lavar aún más frecuentemente las manos del menor con el fin de reducir el riesgo de infecciones. Esta precaución debe ser extrema en caso de que algún otro miembro de la familia esté acatarrado.
- Evita que se introduzca objetos en el oído. Hay que impedir que los niños se metan cosas en los oídos, También debemos abstenernos de limpiárselos a ellos o a nosotros mismos con bastoncillos de algodón. En su lugar, utilizaremos agua y jabón y nos aseguraremos de secar bien los oídos después.
- No expongas al niño al humo del tabaco. Los niños siempre deben estar lejos del tabaco y del humo, pero es que además, ser fumador pasivo constituye uno de los factores de riesgo de la otitis media, pues el humo indirecto incrementa también las probabilidades de desarrollar infecciones respiratorias que, a su vez, pueden derivar en infecciones de oído.
- Usa tapones. El empleo de tapones para nadar o estar en la piscina, para lavarnos la cabeza o cuando acudamos a la piscina tiene el objetivo de evitar que entre agua en los oídos.
- El calor local alivia el dolor. Aplica compresas calientes pero secas en la parte externa del oído afectado; puede ayudar a aliviar el dolor.
- Acude inmediatamente al médico ante los primeros síntomas. Si notas que el pequeño se muestra muy irritable, llora constantemente o sobre todo a mitad de la noche, parece no oír bien, o presenta supuración de líquido por el conducto auditivo, debes consultar al médico cuanto antes. Si somos nosotros los afectados también lo haremos, evitando automedicarnos u optar por remedios caseros.
- Sigue el tratamiento prescrito por el especialista. Sobre todo en el caso de los antibióticos, no se debe pasar por alto ninguna dosis y se debe tomar el medicamento hasta que se termine, incluso aunque los síntomas desaparezcan. Se recomienda un nuevo examen médico de control después del tratamiento, para verificar que la otitis está completamente curada.